Aunque su futuro próximo es una incógnita tras la llegada de los talibanes a Kabul, la principal ciudad de Afganistán, muchas afganas tienen claro que su futuro se oscurece y que los derechos que habían conseguido en los últimos 20 años, se empiezan de nuevo a desvanecer.
El pasado 15 de agosto la fina línea de estabilidad que mantenía Kabul, la capital de Afganistán, saltó por los aires después de que los talibanes accedieran a la ciudad. Era algo previsible tras su avance por el resto del país en los meses anteriores, pero nadie había planeado que la entrada a la ciudad fuera tan rápida. La llegada de los talibanes propició la salida del entonces presidente del país y también la movilización de las tropas extranjeras congregadas en el país, entre ellas, la estadounidense y la española, que este 31 de agosto abandonaron el país de forma definitiva en medio de ataques y atentados.
Mientras el sistema político del país se reestructuraba dejando paso al caos, miles de afganos comenzaron a buscar desesperadamente la manera de salir del país, huyendo de la represión y buscando mantener sus derechos fundamentales. Han sido precisamente las tropas extranjeras, encabezadas por Estados Unidos y seguidas por países como España o Italia, las que durante más de dos semanas se han dedicado a evacuar ciudadanos extranjeros, afganos y colaboradores de los países con embajada en la ciudad para su mayor protección ante los nuevos gobernantes.
Sin embargo, la verdadera preocupación ante la incógnita del futuro de Afganistán con los talibanes al mando, recae sobre las mujeres: el grupo más vulnerable y que se encuentra en el punto de mira, puesto que sus derechos fundamentales se van a ver irremediablemente mermados. Desde occidente se han movilizado decenas de asociaciones de mujeres enviando mensajes de ánimo, actuando para rescatarlas como refugiadas en Europa y también exigiendo un control de derechos para las que se quedan en su país en los próximos meses.
Las 29 prohibiciones de los talibanes a las mujeres
En los últimos días se ha viralizado también una lista distribuida por la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA) con 29 prohibiciones para las mujeres con la entrada de los talibanes en el poder. El régimen aplicará la ley islámica, conocida como ‘Sharía’ de manera estricta, por la cual las mujeres, además de adoptar un papel en segundo plano en todas las actividades económicas o relativas al ocio, tendrán también prohibido ir solas por la calle, el derecho al trabajo y se verán obligadas a cubrir su rostro y cuerpo ante los hombres.
Prohibición de fotografías de mujeres impresas en periódicos y libros, o colgadas en las paredes de casas y tiendas
El futuro de las mujeres en Afganistán
Ante este inhóspito futuro próximo, muchas mujeres han decidido salir del país para intentar salvar a sus hijos de lo que será Kabul en los años venideros. Todas se lamentan de la pérdida de derechos de los que ya disfrutaban desde hace veinte años y piden a la comunidad internacional que alce la voz.
Son 19 millones de mujeres y niñas, según el diario El País, las que van a ver modificado su estilo de vida; muchas de ellas ya viven escondidas en sus casas, cubriéndose o han dejado de ir a trabajar desde el golpe. Incluso, fuentes cercanas a la ciudad de Kabul y a las mujeres que se mantienen en sus casas, ya han denunciado que los talibanes están marcando las puertas de los hogares en los que viven mujeres, trabajadoras o niñas. En los últimos años las mujeres se habían hecho incluso un hueco importante en la política del país: en el parlamento afgano antes del mes de agosto, de los 250 parlamentarios, 69 eran mujeres.
¿Cuál es el futuro de las mujeres en Afganistán? De momento, un misterio. Las mujeres que se mantengan en sus casas en Kabul tendrán que vivir bajo las leyes talibanas e intentar preservar su intimidad y la de su familia haciendo el menor ruido posible. Mientras tanto, alzarán la voz desde todas partes del mundo las que han conseguido salir de la que llaman “la guerra del horror”.
Por su parte los talibanes siguen con su campaña de lavado de imagen hacia el exterior, con acciones como conceder entrevistas a mujeres periodistas extranjeras y con discursos en los que aceptan preguntas y defienden que permitirán a las mujeres “trabajar y estudiar dentro del marco de la ley islámica”. Sin embargo, como cuenta la BBC, trabajadoras y periodistas de los medios de comunicación en Kabul ya han denunciado la suspensión de sus empleos por tiempo indefinido.
Mientras la nueva estructura del país sigue asentándose, y las tropas extranjeras abandonan el país, la mayoría de mujeres afganas piden a la comunidad internacional que no se las olvide y que las ayuden a preservar sus derechos fundamentales ante el horror.
Ana López Nicolás/ 1 de septiembre de 2021