Cindirella

La princesa empoderada que levanta pasiones y acalorados debates

Cuando conocimos a Cenicienta (Disney, 1950) pensamos que su cuento tenía un final feliz. Había conseguido lo que ella deseaba: casarse con el príncipe, vivir en el castillo, y comer perdices. Sin embargo, ante la aparición de Ella (Cinderella, 2021) el cuento perfecto de Disney se ha desmoronado. Ha nacido una nueva princesa, una empoderada y emprendedora, que ha reescrito el cuento y ya no quiere encontrar el príncipe ideal: desea vivir de su sueño. 


Ella (Camila Cabello en la película que Amazon estrenó el pasado 3 de septiembre) es una princesa moderna, inspirada en los anhelos de las mujeres del siglo XXI, para la que el amor del príncipe no es suficiente: “tengo un sueño y lo quiero conseguir” es una de sus frases clave dentro de la película, a la que le sigue un poderoso “me elijo a mí” cuando rechaza en primera instancia comprometerse con el príncipe en el baile real. 


Cinderella es una película revolucionara y progresista que, aún situándose en la época de los castillos y las criadas, rompe con los cánones del momento introduciendo elementos extravagantes y reivindicativos que llaman la atención. Por ejemplo, el repertorio de canciones pop con las que se va contando la historia, los pendientes en las orejas del príncipe, los pircings en la nariz, o el hecho de que el hada madrina sea un hombre de color y se integre con total naturalidad en su única aparición en la película. Aspectos, por otro lado, que han despertado acalorados debates entre los que han disfrutado de esa fusión entre lo tradicional y lo moderno, y los que han puesto el grito en el cielo ante una nueva versión del cuento que se sale completamente de la norma. 


Lo que está claro es que Cinderella no ha dejado indiferente a nadie y se ha coronado como la película feminista del año, dándole un impulso empoderado a las princesas tradicionales a las que representa en este filme con un personaje valiente que se coloca a sí misma como prioridad en todo momento. Ella se enamora del príncipe, pero también quiere progresar como profesional y tener su propia vida, resistiéndose a vivir “confinada” entre las paredes del palacio, aunque la sociedad (encabezada por su madrastra) la empuje a seguir el camino correcto (casarse y situarse en un segundo plano). 


Además, la película introduce otros detalles llamativos como son los toques de humor de los Reyes o los ‘ratoncitos’ y, sobre todo, la reivindicación feminista con el personaje de Wen, la hermana del príncipe, que se revela desde el principio contra el patriarcado y el hecho de que su hermano sea el primero en la línea de sucesión sin querer ser Rey y a ella, que quiere gobernar, no se le permita. También haciendo hincapié en las desigualdades hombre-mujer y cómo su propio hermano es el primero en apostar por darle el espacio que merece.


Cuando la película acaba, todos han encontrado su lugar. Y el mensaje que recibimos los que llegamos a los créditos finales es que debemos luchar por nuestros sueños sean estos los que sean y valorarnos como personas y como profesionales.



¿Qué pensaría la Cenicienta de Disney si hubiera conocido a Ella? 

Ana López/ 24 de septiembre de 2021

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