Es indudable que el ser humano siempre se ha preocupado por su aspecto físico. Generación tras generación se ha adecuado a las modas del momento, qué es lo que se lleva y qué no.
Los retoques estéticos han ido aumentando exponencialmente, siendo, en la actualidad, un tema muy en auge. Este incremento se debe al hecho de que los métodos clínicos utilizados, cada vez más avanzados, permiten que la recuperación del paciente sea más rápida y fácil. Otro factor influyente es el precio de estas intervenciones, que en muchos casos es bastante asequible, así como la sencillez de las herramientas usadas. Esto ha hecho que mucha gente pueda recurrir a estas cirugías y se arreglen todo aquello que no les gusta, lo cual está bien hasta ciertos límites.
Por muy sorprendente que suene, la cirugía plástica ha existido a lo largo de la historia. Su origen se remonta al segundo milenio antes de Cristo, cuando se realizaban intervenciones con el fin de corregir las heridas provocadas por la naturaleza u otras personas.
En la India se realizaron las primeras rinoplastias y queiloplastias[1]; las primeras eran muy comunes en la región hindú, puesto que el adulterio allí era castigado con la extirpación de la nariz.
El Susruta Samhita es un libro donde se recogían los tratados médicos y se explica cómo se hacía la rinoplastia:
● En primer lugar, el médico cogía una hoja lo suficientemente larga y ancha.
● Seguidamente recortaba un trozo de la mejilla del mismo tamaño que la hoja y la pegaba sobre la nariz.
● Una vez adherido, el médico colocaba dos tubos pequeños para poder respirar.
● Por último, aplicaba sobre la zona unos polvos y procedía a vendarla con algodón.
[1] también conocida como cirugía de los labios, es una intervención quirúrgica cuyo objetivo es corregir la forma de los labios.
En la Antigua Roma, la figura del cirujano era muy importante, ya que era capaz de eliminar las cicatrices “F” y “K”, unas marcas que se grababan con acero recién quemado sobre la piel de los esclavos, fugitivos y calumniadores.
La cirugía estética era tan importante que hasta el emperador Justiniano II se sometió a una rinoplastia tras perder su nariz en una batalla.
La técnica de rinoplastia utilizada en la India se extendió durante el Renacimiento por los hermanos Branca.
En esta época, Gaspar Tagliacozzi ideó una técnica verdaderamente impactante y novedosa. Consistía en unir un trozo de la piel del brazo a la nariz hasta que estuviera totalmente adherida, pero fue condenada por los cirujanos de esa época, la Iglesia y la Inquisición.
La cirugía estética en la Edad Media sufrió un estancamiento. La caída del Imperio Romano, el auge del cristianismo y la sucesión de acontecimientos bélicos propiciaron que las gentes se preocupasen por otros asuntos y dejasen de lado este tipo de actividades.
El Papa Inocencio II prohibió en el S.XVI las intervenciones estéticas porque las consideraba blasfemas.
En el S.XVIII la revista Gentleman´s Magazine recogía que las intervenciones estéticas estaban permitidas para todas aquellas personas que las necesitaran.
En 1896, Jacques Joseph realizó la primera intervención de otoplastia e ideó una técnica de rinoplastia llamada “Rinomiosis”, consistente en un corte sobre el puente de la nariz.
Como se puede observar, la cirugía estética ha existido siempre, pero no fue hasta la Primera Guerra Mundial cuando se crearon centros especializados en cirugía plástica y reconstructiva, donde se alojaban los soldados desfigurados y mutilados.
En la Segunda Guerra Mundial avanzó considerablemente el conocimiento de la cirugía plástica, ya que antes solo se centraba en injertos, quemaduras y reconstrucciones maxilofaciales.
Han sido varias las personas influyentes en la historia de la cirugía estética, debido a sus innovadoras intervenciones:
● Carlos Fernández Von Graefe (Varsovia): introdujo, en 1816, la cirugía del labio leporino.
● Louis Xavier Ollier (Francia): inventó el injerto dermoepidérmico.
● Carl Thiersch: injerto cutáneo y la creación de un cuchillo para ello.
● Jacques Louis Reverdin: injerto epidérmico.
● Eugen Hollander: técnica del lifting, en 1912.
● Charles Conrad Miller (Estados Unidos): implantes en los tejidos faciales con materiales poco comunes en la época, como porciones de seda o marfil vegetal, en 1926.
● Suzanne Noel (Francia): esta médica observó las patologías que sufrían sus pacientes, donde incluía sus miedos y prejuicios.
● Y. G. Illouz: liposucción, en 1977.
Malena Ramos/ 2 de noviembre de 2021